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Curepto 2012: Crónica 11 Mayo – El pueblo se llama Curepto

Poco antes de llegar a Chile me encontré con un chico que me dijo haber viajado a Perú a visitar el Machu Pichu, la capital (Lima), la catedral, etc. Qué buena coincidencia, el mismo verano los dos habíamos estado en Perú y me preguntó si me había gustado, a lo que yo le contesté preguntándole: —”¿Cómo te pareció la gente?”. Me contestó lo que me temía, él había ido en un viaje organizado y solamente habían ido a visitar los monumentos más bonitos y las zonas más turísticas.

Es cierto que se puede adquirir mucha cultura general y disfrutar de sensaciones únicas, además de restar el estrés de la vida diaria (también dependerá del viaje). Pero vivir mundo, o como otros dicen, ser un trotamundos es ir a lugares, conocer a sus gentes, sus formas de actuar, envolverse de su cultura y vivir como ellos.

Así que aunque llevemos dos semanas en Chile, si me preguntas qué es lo que más me ha gustado ya sé lo que te voy a contestar: —lo que más me ha gustado es la gente. Y cuando has vivido un mes con ellos y dices eso, aunque el otro no lo sepa, tú te refieres a la gente y todo lo que a ellos les rodea.

Aunque cierto es que hay una notable diferencia entre la gente de la capital y la de este pueblecito que, aunque humilde, sus gentes son muy amables y acogedoras.

Al grupo se nos hace difícil caminar por las calles sin que la gente del pueblo nos quite la mirada de encima, y esquivarlas es tarea imposible. Aunque así como lo he dicho parece que molesten y para nada es así porque esa mirada con cierto toque de curiosidad va acompañado de una sonrisa y un saludo de cortesía: “buenos días”, “buenas noches”, “¿Cómo ha amanecido?”. Y otras veces va acompañado de tu nombre que uno se pregunta cómo se habrá enterado de cómo me llamo.

Un ejemplo fue el otro día que llegando a casa después de una jornada de trabajo en la residencia, nos encontramos a unos jóvenes en el chiringuito de al lado de la casa que me preguntaron si quería jugar un partido de futbol con ellos por la noche. Pues al día siguiente, por la mañana, un joven me saludó y me preguntó cómo me había ido el partido y además diciendo mí nombre. Cabe destacar que era la primera vez que le veía.

Eso a uno que no está acostumbrado le fascina porque son cosas muy típicas de pueblo.

Como ya les he dicho es un pueblo muy humilde que vive en paz, cristianamente y como todo el mundo, ellos tendrán sus problemas pero se nota que son muy diferentes a los nuestros. Pero qué problemas podemos esperar que tengan unas personas que han sufrido tan terrible movimiento sísmico, destruyendo sus casas y centros más habituales.

Toni