Esta mañana al levantarnos hemos desayunado en condiciones y después hemos puesto rumbo hacia el orfanato de una forma muy peculiar. Ya sabemos porque a esa linea de bus le llaman ¡112! debido a que casi llamamos al número de emergencias “112”. Imaginaros la rotonda de cuatro carriles pues los ha cruzado en linea recta y creo que a unos 100 km por hora y luego los mallorquines nos quejemos de los buses de Palma.
Al bajar del bus-rallye, hemos andado media hora por un sendero medio asfaltado y la otra mitad de tierra donde las casas están muy “americanizadas” al final del cual hemos encontrado la puerta del orfanato que estaba bastante escondida.
Allí nos esperaba el hermano director del “Hogar Esperanza”, nos ha recibido con mucha amabilidad y nos ha enseñado todo el centro y su funcionamiento.
Todo empezó cuando él y dos amigos más acabaron la carrera y decidieron montar ese hogar para niños huérfanos, ya que había esa necesidad en el país. Desde entonces atienden a todos los niños que por diversas circunstancias no están con sus padres.
El lema del centro es: “Esto no es una institución, sino un hogar” y así lo hacen son una gran familia de 24 bebes de 0 a 3 años. Como curiosidad la mayoría de los cuidadores son voluntarios de diferentes países.
Al terminar la visita de los lactantes hemos paseado hasta el hogar de los más mayores de 14 a 18 años, donde son ellos donde se encargan del mantenimiento de la casa; tanto de la limpieza como de la comida y sus estudios. Nos han recibido con mucho cariño ofreciéndonos pastelitos de limón y refresco de pomelo.
El hermano nos ha acompañado a la estación de metro, primero a las cuatro chicas y luego a los chicos, todos juntos hemos cojido el metro para evitar vomitar los deliciosos pastelitos y nos hemos dirigido a la estación de Príncipe de Gales.
Una vez en casa Toni y Neus han cocinado macarrones a la boloñesa (mmm… riquísimos). Caterina ha intentado dormir, los chicos han desaparecido y Sonia, Sandra y Neus han lavado la ropa de una forma muy moderna, o así era hace 50 años.
Gracias a Sonia nos hemos puesto en forma las chicas y Toni con un bailecito de aeróbic y unas cuantas tandas de abdominales y flexiones.
Y en este momento están el hermano y Pedro “cocinando” patatas fritas con pechugas a la plancha, ale todos contentos a cenar y dormir.
SANDRA Y CATERINA