Una semana en el colegio y nos sentimos muy bien acogidos por la comunidad y los niños. A la llegada, los internos nos sorprendieron con una pequeña fiesta de bienvenida con flores y nos tiraban pétalos, también nos hicieron la típica marca en la frente y bailaron un rap. Al inicio del colegio, el lunes, nos presentaron a todos los alumnos, nos pusieron un collar de flores, Sebas dijo unas palabras y nos enseñaron el colegio.
Los días pasan con mucho calor, por la mañana entre olores a orines y basura quemada, vamos empezando a construir los nuevos aseos para los chicos. También hemos empezado a reformar la valla del colegio impidiendo el paso de las vacas sagradas y otros animales. Al medio día viene la comida, para unos excelentes para otros difícil (todos sudamos curri). Para no perder las buenas costumbres, hacemos la sienta y, a las 15h, nos vamos al colegio para hacer actividades. Sviet improvisa y prepara juegos deportivos para las chicas; Sebas hace el berro con los chicos asustándolos y atrayéndolos en masa; y, Víctor con Martín entran en las clases a hacer actividades en inglés con música y juegos… El diabolo ha sido todo un éxito. Acabando con partidillo de futbol o vóley. Por las noches nos quedamos hablando con los hermanos o vemos una película.
La semana ha estado muy bien, todo va según lo previsto. La comunidad tiene buenas instalaciones (Sviet tiene inquilinos, cruac, cruac, cruac, …). Así que por norma general vamos a cazar ranas a la habitación de Sviet… Además, como anécdotas destacamos que Martín enseñando juegos a los niños con Víctor, que lo viven con tan intensidad, Víctor cayó sobre él y se hacizo una pedazo herida en la rodilla que no se le cierra ni a tiros. El primero en caer en flojera intestinal fue Víctor con 8 horas en cama, todo flojo y bien cuidado. Además, Sebas ya no necesita una taza cagar, desarrollando sus cuádriceps.
Una frase:
Sebas: Me siento como en casa.
Sviet: La sencillez se respira en todas las esquinas.
Víctor: Quiero un curso de reciclaje de “como hacer la digestión en menos de dos días”.
Martín: Merece la pena. Me encantan los amaneceres.